Bien lo dijo Albert Einstein, el autor de la frase “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Esta frase puede ser aplicable a todo en la vida, pero ya que este es un blog de Asesoría de Imagen y estilo, es ahí donde haré el hincapié.

A lo largo de los años atendiendo clientas y conversando con distintas mujeres, muchas concuerdan en que su principal problema en cuanto a su imagen, es el desconocimiento: no saber cuáles son las prendas que las favorecen según su silueta, no saber combinar colores, no conocer los colores que iluminan su rostro, no conocer su estilo, o ¡incluso creer que no tienen uno!

Y no las culpo. Culturalmente se da este fenómeno de que creemos que por ser mujeres, tenemos que saber de estilo, tenemos que saber de tendencias, tenemos que saber de maquillaje, y la verdad es que si no te dedicas a este rubro, NO TIENES POR QUÉ SABER!! (Y con esto espero haberte sacado un peso de encima).

Pero como todo en la vida, cuando un tema es desconocido para nosotras pero realmente nos interesa porque queremos obtener los resultados y beneficios que conlleva, es nuestro deber tomar cartas en el asunto y agarrar el toro por las astas.

Si esto significa leer X cantidad de artículos sobre el tema, ver X ponencias del referente que está en tu cabeza, buscar recursos gratuitos que te ayuden a lograr tu objetivo, invertir en capacitación, formación o asesoramiento…. Bueno, se hace ¿no? Y si no, quizás no es tan importante para ti como pensabas.

Porque si ya llevas tiempo haciendo lo mismo y claramente te das cuenta de que los resultados que obtienes no son los que buscas, es hora de hacer algo distinto. 

Voy a poner un ejemplo, y es algo que veo más a menudo de lo que me gustaría en mujeres de distintas edades, realidades, poder adquisitivo, etc…

Cuando declaran no conocer su estilo, no tener estilo o no sentirse cómodas con él, en vez de preferir parar, analizar las elecciones que vienen haciendo y/o consultar con una experta en el tema para que las guie, prefieren gastar esa plata en comprarse más ropa, “a ver si ahora le achunto”, “a ver si ahora me siento bien”, “a ver si con este corte de pelo sí quedo conforme”.

Se dicen a sí mismas y tratan de convencerse de que el tema de la ropa y el estilo es banal, pero luego, cuando no obtienen los resultados esperados, cuando una vez más se ven al espejo y no se sienten identificadas, cuando nuevamente se dan cuenta de que sus últimas compras no les quitó la sensación de “no tengo nada que ponerme”, cuando caen en cuenta que las compras que hicieron no las favorecen, y el efecto placebo de compra se va, es ahí cuando viene el bajón acompañado de todas esas emociones negativas que no son tan banales ¿cierto?

Quiero dejar en claro que experimentar, probar cosas nuevas y equivocarse, es parte del proceso y está perfecto que se haga ya que es una forma de conocer qué sí te hace sentir cómoda y qué no. El problema es cuando ya llevas años en el loop y te sigues sintiendo de la misma forma.

Es verdad que dentro de lo más efectivo que puedes hacer para transformar tu imagen y la percepción de ella, es ponerte manos a la obra e ir a la acción, pero también, es igual de importante reconocer cuándo una estrategia deja de funcionar y es hora de renovarla.

Te propongo que dejes el piloto automático, que te «bajes un rato de este mundo» y que analices cuáles son tus reales necesidades y los recursos que tienes para complacerlas.

Y si con este artículo ya te quedó más que claro que lo que necesitas es ayuda, te invito a que veas las distintas formas en que podemos trabajar juntas.

¡No olvides que mi misión es empoderarte sobre tu imagen!

Cariños,

Fran.